SANTO DOMINGO.-Luis Molina Achécar fue empleado como ingeniero en 1973 por el banco hipotecario BHD.
Meses después comenzó a darse la libertad de opinar en las juntas directivas y hoy es el presidente del grupo financiero.
Su especialidad en la profesión de la construcción no había sido casual. Desde sus primeros años había sido su objetivo en la vida, a pesar de lo cual no pensó mucho en hacer el cambio.
entendí la lógica
Se enteró del trabajo en BHD a través de la esposa de uno de sus tíos, quien era asistente del entonces presidente de la entidad, Samuel Conde.
Comenzó ganando 250 pesos en un banco con menos de diez empleados y solo tres departamentos: análisis de crédito, legal e ingeniería.
La función de Molina, al ser un banco hipotecario, consistía en determinar la viabilidad de los proyectos que llegaban a la entidad financiera.
curso de finanzas
La conexión bancaria se produjo un año después, luego de que se prestaran casi todos los recursos de capital, lo que redujo su carga de trabajo.
“No sé a quién se le ocurrió la idea de enviarme a un taller sobre evaluación de proyectos y programación de inversiones apoyado por la Organización de los Estados Americanos.
Eso fue entre enero y abril de 1974”. Molina, quien inicialmente estaba en desventaja con sus compañeros debido a su falta de habilidades bancarias, decidió comenzar a estudiar contabilidad por su cuenta, así como matemáticas financieras. “Tomé la lógica del banco”, dice Molina, confesando que siempre ha tenido flexibilidad cognitiva.
primeras tareas
La experiencia le dio el conocimiento para sentirse capacitado para dar su opinión en las reuniones del banco, lo cual fue aceptado por Conde, quien al mismo tiempo ordenaba misiones especiales a Venezuela de manera regular, donde comenzó a hacer fila con influencers. la gente de la zona…
Los organizadores del taller patrocinado por la OEA le ofrecieron una beca para estudiar finanzas, la cual rechazó.
Aceptó formar parte del grupo de docentes que impartirá un curso similar en Costa Rica durante diez días.
Ganó $100 por cada día de clase y compró su primer auto con el dinero.
Conde le encomendaba encargos, estudiaba los problemas y hacía sugerencias.
Pero tales funciones resultaron insoportables con sus responsabilidades en el departamento de Ingeniería, por lo que propuso el nombramiento de un gerente de planificación. Recomendó a Manuel Brugal, pero Brugal, después de un período en el cargo, renunció, lo que provocó que el presidente del banco le pidiera a Molina que ocupara el puesto.
el entendimiento
Molina aceptó con la condición de que le asignaran unos diez problemas y que, luego de resolverlos, le permitieran salir del país con media beca para estudiar la carrera de finanzas «para formarme mejor», dice.
Un año después cumplió con las responsabilidades asignadas e inicialmente asistió a Babson College en Massachusetts en 1980.
«Me fui con mis cinco hijos y mi esposa».
Pronto se dio cuenta de que lo que le enseñaron en Babson no iba a ayudar al banco.
Así que inicialmente se inscribió como estudiante de audición en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, tomando alrededor de cuatro cursos a la vez.
Desde entonces, recuerda que «nunca estudió tanto». Pero el trabajo valió la pena y pudo entender el futuro de la banca. La existencia de bancos especialistas estaba amenazada y el camino a seguir estaba en los servicios de banca múltiple.
Invitó a su mentor y superior en BHD, Samuel Conde, a Estados Unidos un fin de semana para que explicara lo que entendía del rumbo que debía tomar la entidad. “El sistema del país era un banco especializado, en nuestro caso era un banco de la construcción, si ese sector tenía problemas entonces todo colapsaba”.
ya sabes mucho
La propuesta fue proponer un holding bancario, que si bien no era nuevo, la experiencia era nula en el país y no había un marco legal, por lo que había que recurrir a mecanismos que permitieran el cambio sin entrar en conflicto con la ley.
La propuesta fue aprobada por el consejo de administración del banco y a la semana siguiente recibió una llamada de Conde: «Ya sabes mucho, ven aquí».
Este fue el comienzo oficial de la carrera de Luis Molina Achécar como banquero.
Lo nombraron vicepresidente de planeamiento.
Diez años después, en 1983, se crearon más bancos y BHD obtuvo la primera franquicia. «Lo que hicimos fue convertir una debilidad en una fortaleza al adaptarnos al entorno regulatorio».
El tiempo le dio la razón, todos los barcos hipotecarios desaparecieron excepto los que se fusionaron con entidades comerciales.
Hoy, BHD ya no es solo un banco, sino un conglomerado financiero con tres divisiones separadas: banca, bolsa de valores y pensiones y seguros.
Pensamiento
– Sentido del deber
Desde la sabiduría y la experiencia acumulada, Molina Achécar comparte un pensamiento sobre Séneca: “la nave que no tiene rumbo, ningún viento la favorece”. Recomienda tener sentido del deber y seguir aprendiendo.
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