Tirado en el suelo, sobre la vegetación de la selva amazónica, a una hora en lancha desde Leticia, se encuentra Alejandro Valero, uno de los 112 alumnos del curso internacional Lanceros. El camuflaje que usa del Ejército Nacional de Colombia está completamente embarrado. Son las mismas prendas que no se quita desde hace más de 20 días. No se ha bañado y lleva semanas despierto caminando cientos de kilómetros de forma continua, cargando un peso superior a los 40 kilogramos a la espalda.
Curso de lanceros en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Su delgadez, ampollas y dislocación del talón del pie izquierdo son prueba de ello. Así tuvo que pasar una pista de equilibrio con obstáculos de más de tres metros de altura. A cada paso sólo repetía: «Lealtad, coraje, sacrificio: tres palabras que llevo delante de mí». Como si la frase aliviara el dolor físico que envió una sacudida a través de su cuerpo. Imaginó que su familia, que vive en Duitama (Boyacá), lo esperaba al final de cada prueba.
Completó el circuito y se paró al sol, con 41 grados centígrados y una humedad insoportable. El sudor de su rostro camuflaba las lágrimas que corrían por su rostro. Una mezcla de dolor físico y el orgullo de lograr lo que la mayoría consideraría imposible.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Es difícil saber cuánto dolor siente otra persona, pero hay escenas que estremecen. Valero’s, uno de ellos. El sargento médico de combate Fabián Villamil lo entiende, él ha vivido ese dolor en primera persona. Para convertirse en instructor en la Escuela Lanșilor, tenía que ser estudiante y aprobar las mismas pruebas. Le pidió que se saliera de la fila y se acostara en el piso, le quitó las botas y antes de curarle las laceraciones le advirtió con voz de mando: «Estudiante, muerde algo, te va a doler». Fue el pañuelo que protegía su cabeza del casco el que sirvió para ahogar el grito de un hombre a punto de ser hecho de ‘acero’.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
En 1955 nació la Escuela de Lanceros, cuando el General Gustavo Rojas Pinilla, siendo presidente, se percató que el conflicto interno en Colombia se hacía más fuerte y, en realidad, el Estado no estaba preparado para enfrentarlo, por lo que envió al Mayor Hernando Durán Bernal. , del Ejército Nacional, a los Estados Unidos, donde el ejército de ese país vivió la Segunda Guerra Mundial. Su misión era traer enseñanzas que pudieran replicar.
Al Fuerte Militar de Tolemaida llegó el oficial del ejército estadounidense Ralf Puckett, el mismo que comandaba la 8.ª Compañía de Guardabosques durante la Guerra de Corea, resultó herido en combate en más de dos ocasiones, una de ellas atacada por cientos de soldados chinos. También luchó en Vietnam. Recibió las más altas condecoraciones de su país.
En 1955 nació la Escuela de Lanceros, cuando el General Gustavo Rojas Pinilla, siendo presidente, se percató que el conflicto interno en Colombia se agudizaba y, en realidad, el Estado no estaba preparado para enfrentarlo. – Foto: esteban vega la-rotta-week
Identificó que los grupos criminales no respetan los derechos humanos, juegan una guerra sucia en la que las trampas son protagonistas en la geografía de Colombia, entre ellas, las minas antipersonal y las emboscadas que terminaron derivando en secuestros y torturas. Si esa era la debilidad, necesitaba capacitar a las personas para que se mantuvieran un paso por delante de los problemas. Nacían los Lancers, que años después, en palabras del propio Puckett, superaron en juego a los Rangers.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Tanto es así que uniformados de otros países hacen cola para enviar a sus mejores hombres a formarse como lanceros colombianos. Moura es un oficial francés y dice que nunca repetirá el curso más exigente que ha realizado, el de navegar el río Amazonas, uno de los más largos y caudalosos del mundo, en balsas improvisadas hechas con maletas de equipo militar y cubiertas con ramas para evitar ser detectados por el enemigo. Durante las primeras semanas de clases se enteró de que su abuelo había fallecido y no pudo estar allí para despedirse. Podría haberse ido, pero eso significaba irse, y no estaba dispuesto a darse por vencido.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
A lo largo de la historia del Ejército se realizaron 486 cursos, de los cuales 67 fueron internacionales. SEMANA es el primer medio en llegar al corazón del entrenamiento en la fase de selva, considerada una de las más difíciles pero imprescindible. El 45 por ciento de la geografía de Colombia es selvática, y el 60 por ciento de las operaciones de las Fuerzas Armadas se encuentran en esta zona, ya que por la densa vegetación y los cursos de agua, allí operan mayoritariamente los delincuentes del narcotráfico.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Los estudiantes, luego de recibir una lección teórica sobre supervivencia, vieron la oscuridad y el amanecer sin detener su marcha. Se quedaron en medio de la nada para ver qué estaban dispuestos a hacer para no morirse de hambre o las amenazas que los rodeaban. Hay serpientes venenosas, feroces jaguares, entre otros. «No está en el medio de la nada, tenemos de todo. Ahí es donde aprenden a notar y a valorar”, dice González, del ejército panameño, mientras da la bienvenida al equipo periodístico de SEMANA al albergue que él y sus compañeros construyeron, con capacidad para albergar a siete personas sin usar un solo cordón o cuerda. incluso las enredaderas de las plantas de la zona son flexibles para manejar y fuertes para soportar.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Les tomó 10 horas construir la «casa», aprendieron a contar el tiempo observando las sombras. Mojojoy, un gusano vicioso regional que se encuentra en la corteza de los árboles en descomposición, se convierte en su principal fuente de proteínas. Se los come vivos de un bocado.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Curso de lanceros en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
El ejercicio más difícil es cuando parece un secuestro, la experiencia es tan real como narrada por quienes lograron sobrevivir a tan atroz crimen. Para muchos, lo que sucede en ese curso es cruel y masoquista, porque a nadie se le obliga y se considera un premio ser seleccionado para estar en el selecto grupo de lanceros.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Dicen que la única forma de superarlo es pensar en la familia y aferrarse a su fe en un ser supremo que da seguridad de que todo pasará.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
“Para un lancero no hay palabra imposible porque Dios siempre está ahí”, repetía el coronel Ramón Royero, comandante de la Escuela de Lanceros, cuando se enteró que iba a ser padre por primera vez y el niño llegó desganado. , todos los especialistas le recomendaron interrumpir el embarazo, pero su esposa se negó y él, con fe, se mantuvo firme. Inexplicablemente, Guadalupe nació sana. “Si todo hubiera pasado antes de hacer el curso de motosierra, de repente me hubiera flaqueado, pero luego entendí que lo imposible no existe”, dice para explicar que todo el que entra a los cursos sale con una actitud diferente.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Curso de lanceros en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
“El hombre se convierte en un mejor ser humano”, explica el mayor Brayan Trujillo, al recordar el día en que su “león” lo abrazó en medio de la ladera de la montaña, a más de 4.000 metros, para evitar que muriera de frío y falta de oxígeno energético. porque entró seis meses después de perder un pulmón tras recibir siete balazos. Le era imposible tener éxito, pero se graduó con honores. Dicen que aprenden a romper su orgullo, entendiendo que nadie es más que otro, cuando ingresan al curso pierden el grado y puede ser el oficial más alto o el soldado recién reclutado, pero todos viven en las mismas condiciones.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
Hacen modelos de arcilla para operaciones, guerra, humanitarias y de reforestación, por lo que la planificación que aprenden en el curso es tan esencial. “No se puede ser un inútil cuando se está al servicio de una nación”, les dice el Mayor Julián Trujillo a sus tropas. La mayoría de los lanceros se convierten en comandantes y su misión es proteger la vida de todos los ciudadanos, sin importar lo que hagan, porque saben que tienen una familia esperándolos.
Curso de lanceros en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
El gobierno del presidente Gustavo Petro apuesta por la paz total, pero hasta el momento la orden es que se mantengan los operativos y por ende el entrenamiento de los uniformados. “Los lanceros debemos fortalecernos, ya sea para la guerra o para la paz”, dice Royero, comandante de la escuela, antes de recordar a Oviedo y sus compañeros del 111 que aún les quedan 45 días de entrenamiento y que cada día será más difícil que el anterior. uno porque el acero se forja al fuego.
Men of Steel 2 Lancer Course en la selva amazónica – Foto: Esteban Vega La Rotta
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